Los Mallos de Riglos forman un bello paisaje de nuestra península Ibérica.
Situadas en la localidad de Riglos a 45 Km del Noroeste de Huesca en la Sierra del Prepirineo Oscense encontramos estas formaciones geológicas del tipo mallo.
Con paredes de más de 200 metros en vertical rematadas por cimas cupulares que pueden alcanzar cotas de 900 metros.
La palabra Mallos proviene del latín Malleus (mazo), que quiere decir grandes escarpes rocosos verticales adosados a la ladera de una montaña. 
Los Mallos están formados de sedimentos de cantos rodados cementados por grava y arena.
Los depósitos aluviales han sido elevados por plegamientos de capas inferiores y posteriormente erosionados dando lugar a estas impresionantes paredes rocosas.
Los depósitos aluviales han sido elevados por plegamientos de capas inferiores y posteriormente erosionados dando lugar a estas impresionantes paredes rocosas.
Su color rojizo se debe al predominio de arcillas y hierro, y en los atardeceres le da un aspecto espectacular.
Cada Mallo tiene nombre propio, el origen del mismo procede en algunos del nombre de algunas casas de Riglos, de su forma o color característico o en homenaje a personas no necesariamente relacionadas con el mundo de la escalada.

Hasta algunos Mallos como son La Visera, el Melchor Frechín, el mallo del Agua, el Paredón de los Buitres o el Macizo d'os Fils se puede acceder caminando hasta llegar a su parte superior, sin embargo en el resto el acceso solo puede ser escalando por sus verticales paredes. 
Por su gran altitud son visibles desde multitud de puntos según nos acercamos a la localidad de Riglos, ya allí encontramos en la Oficina de Turismo el cartel donde nos indica el inicio del sendero para iniciar una caminata de nivel medio que nos llevara por uno de los lugares más pintorescos del Norte de España.
Son aproximadamente 5 kms con una duración media de dos horas y media. Si se inicia la ruta hacia la derecha en la bajada encontraremos la visión de los Mallos durante nuestro descenso.
Son aproximadamente 5 kms con una duración media de dos horas y media. Si se inicia la ruta hacia la derecha en la bajada encontraremos la visión de los Mallos durante nuestro descenso.
Es una senda marcada por lo que no es fácil perderse.
Cuentan las leyendas que en la Edad Media los mallos fueron habitados por seres malignos que protegían las formaciones rocosas y sus privilegiadas perspectivas.
En ese tiempo Riglos fue el efímero Reino de los Mallos, cuando a su muerte Pedro I dejó en herencia a su esposa doña Berta Cruz el único paisaje que podía compararse a su belleza. Poco después Alfonso I el Batallador recuperó los territorios para el Reino de Aragón.
Cuentan las leyendas que en la Edad Media los mallos fueron habitados por seres malignos que protegían las formaciones rocosas y sus privilegiadas perspectivas.
En ese tiempo Riglos fue el efímero Reino de los Mallos, cuando a su muerte Pedro I dejó en herencia a su esposa doña Berta Cruz el único paisaje que podía compararse a su belleza. Poco después Alfonso I el Batallador recuperó los territorios para el Reino de Aragón.
Otra Leyenda que encontramos en torno a estos riscos es la de Pedro el Saltamontes, que apostó con los vecinos que podía saltar desde el Pisón, el mallo más alto de Riglos, al suelo sin sufrir daño alguno. Sólo puso como condición que los espectadores se alejaran del lugar de caída para verle mejor. Nada más saltar corrió con su mujer y el dinero de la apuesta en dirección contraria y nunca más se supo de él.
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Lugar muy interesante para los amantes de los deportes de aventura.
ResponderEliminarExtraordinario lugar.
Saludos